sábado

La tentación y el adversario

Et ne nos inducas in tentationem
Puesto que la tentación es la prueba necesaria de nuestra libertad, es cosa que concierne a Dios. Él es el único juez de aquello que nos puede engrandecer. En lo que a nosotros respecta, la experiencia diaria nos instruye, la conciencia de nuestra debilidad  nos obliga a orar al Padre para que nos evite estas tentaciones.
Sed líbera nos a malo.
Satanás es en la Biblia el Adversario, aquel cuyo reino se opone al reino de Dios (cfr. Cp. 35). El instrumento de su poder es el pecado, que es egoísmo. De la misma manera que solo hay un mandamiento: Tú amarás y los otros mandamientos no son más que determinaciones explícitas de éste, así  solo hay un pecado: el egoísmo, cuyas formas principales  están representadas en los siete pecados capitales.

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