viernes

Perdónanos nuestras deudas...

Et dimitte nobis débita nostra
En el centro del Pater Noster se evoca el pecado, pero desde el ángulo del perdón. El perdón es Dios mismo en su más profunda interioridad, puesto que en él el amor manifiesta su gratitud, su poderío y su libertad. Él  es la sobreabundancia de vida que permite superar el obstáculo de la ofensa, liberalmente “pasar por encima”. Dios tiene para sus hijos la ambición de esa sobrabundancia.
Sicut et nos dimítimus debitóribus nostris
Si no perdonamos a los hombres sus ofensas, es que no tenemos a nosotros mismos la sobreabundancia de vida divina. Si no concedemos gracia, es que no vivimos de gracia. Se pierde la gracia cuando nos negamos a comunicarla. Apartamos de nosotros el perdón divino, cuando nos negamos a perdonar.

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