domingo

La paternidad divina y celeste

Pater Noster qui est in caelis
Dios existe. En el corazón de la existencia está el amor. En el corazón del amor se encuentra la paternidad. Al decir “Padre” proclamamos la verdad de Dios en el doble terreno de la creación y de  la  Alianza. Él es la fuente de toda nuestra vida, la fuente de nuestra vida. Él es el padre de Nuestro Señor Jesucristo en el cual hemos sido constituidos hijos.
Pater iuste, et mundus te non cognovit; ego autem te cognovi, et hi cognoverunt quia tu me misisti, et notum feci eis nomen tuum et notum faciam, ut dilectio, qua dilexisti me, in ipsis sit et ego in ipsis: “Yo les manifesté tu nombre y se los manifestaré, para que el amor con que tú me amaste  esté en ellos, y yo en ellos” (Jn XVII, 25-26).
Non enim accepistis spiritum servitutis iterum in timore sed accepistis Spiritum adoptionis filiorum in quo clamamus Abba Pater: “Que no habéis recibido el espíritu de siervos para recaer en el temor, antes habéis  recibido el espíritu de adopción, por el que clamamos Abba, padre” (Rom VIII, 15).
Itaque iam non es servus sed filius quod si filius et heres per Deum: “De manera que ya no es siervo, sino hijo, y sui hijo, heredero  por la gracia de Dios” (Gal IV, 7).
Videte qualem caritatem dedit nobis Pater ut filii Dei nominemur et sumus propter hoc mundus non novit nos quia non novit eum: “Ved qué amor nos ha mostrado el Padre que seamos llamados hijos y lo seamos, por eso el mundo no nos conoce porque el mundo no le conoció a Él”. (I Jn I, 3).
“ Oh, Dios mío que en el principio de todo y de Vos mismo, habéis sido paternidad” (P. Claudel, Magnificat).
El “paternalismo” es una degeneración de la paternidad. Es una injusticia que lleva consigo la exclusión del respeto esencial del amor. Quiere que los hijos sean siempre menores. Es un producto de la descomposición. Dios es Padre pura y perfectamente. El no quiere más que nuestra grandeza y nuestra libertad.
Dios, mi Padre, es el Padre de todos. Por Cristo llegamos a Él. Puesto que Cristo es el nuevo Adán, en el cual está contenida toda la humanidad. Por lo tanto, cada uno está ligado a todos en una fraternidad sobrenatural que no puede dejar de reconocer al mismo tiempo que reconoce la paternidad de Dios. Por esto el cristiano dice: “Padre nuestro…”
Ahora bien, los judíos evitaban pronunciar el nombre de Dios, por miedo a cometer pecado de irreverencia. decían los cielos. "Que estás en los cielos", significa por lo tanto : que es de Dios.
Los cielos -Dios- no están más allá, en "otro mundo" sino en el alma que por la gracia ha pasado al orden divino. El cristiano está en Jesús y Jesús está en el Padre. Los cielos por lo tanto, están en el interior.

No hay comentarios: