El "Caos" es, antes que la "Nada", la preferente palabra para designar el principio de todos los génesis conocidos: se la encuentra en los mitos egipcios y en el Tao. Se encuentra también en el Pentateuco, bajo la denominación de "tehom". Luego, de este primigenio caos, recién viene a hacerse la Luz y el Verbo siete veces pronunciado.
Vuelvo a referirme a este apasionante tema aprovechando el revuelo de moscardones que ha significado la noticia del colisionador de hadrones entre legos e iniciados. Como sabe cualquiera que visite la Rica Wiki, los hadrones de marras no son partículas fundamentales, y están compuestas de: fermiones llamados quarks y antiquarks, y de bosones llamados gluones. Los gluones actúan de intermediarios para la fuerza de color que une a los quarks entre si” (what?).Bueno, tal vez no todos sepamos como se come, pero lo cierto es que un estudio de esta naturaleza al mover protones más rapido que la velocidad de la luz, permitirá repetir exactamente el proceso similar al que dió origen al Universo de acuerdo a la vigente teoría del Big Bang y en donde, por supuesto, se supone un riesgo de provocar pequeños Big Bangs y mini Hoyos Negros, que al menos han sido desmentidos por los científicos encargados de la materia; pero por si las moscas hay que irse confesando. Y es que para el investigador español Luis Sancho : "cuando el LHC entre en funcionamiento, podría crear un agujero negro que literalmente se tragara al planeta y podría originar una "materia extraña", que convertiría la tierra en una estrella de neutrones sin vida tal y como la conocemos.Sería increíble conocer los misterios que nos tiene el universo, pero este proyecto es un peligro fatal para toda la humanidad".
Y como a nadie le gustaría pasar de un día normal a un agujero negro (léase también dimensión desconocida) ha cundido el pánico en un mundo sediendo de adrenalina.
Pues bien, ese revoltijo de materia energética primitiva puede ser llamado también caos. Caos no es , evidentemente, sinónimo de nada; aunque físicamente la "nada" es imposible (¿de qué se compone la nada?); la posibilidad de su razonamiento, sin embargo, conduce a no poco arduos razonamientos sobre el origen del Cosmos, la naturaleza creadora divina y el destino final del hombre constituido como "imago dei". Así, si el "Caos" es lo preexistente, Dios, más que "Creador" se transformaría en mero arquitecto o artesano de la Gran Obra, puesto que a lo sumo sobre una materia prima ya existente (el caos) ha sido capaz de elaborar un universo complejo.
Concebida esta idea, Dios no sería el Creador, sino a lo sumo un intermediario de la Obra (¿un elohim?)El auténtico Creador sería en todo caso, el autor del la materia prima del Caos.

Y como a nadie le gustaría pasar de un día normal a un agujero negro (léase también dimensión desconocida) ha cundido el pánico en un mundo sediendo de adrenalina.
Pues bien, ese revoltijo de materia energética primitiva puede ser llamado también caos. Caos no es , evidentemente, sinónimo de nada; aunque físicamente la "nada" es imposible (¿de qué se compone la nada?); la posibilidad de su razonamiento, sin embargo, conduce a no poco arduos razonamientos sobre el origen del Cosmos, la naturaleza creadora divina y el destino final del hombre constituido como "imago dei". Así, si el "Caos" es lo preexistente, Dios, más que "Creador" se transformaría en mero arquitecto o artesano de la Gran Obra, puesto que a lo sumo sobre una materia prima ya existente (el caos) ha sido capaz de elaborar un universo complejo.
Concebida esta idea, Dios no sería el Creador, sino a lo sumo un intermediario de la Obra (¿un elohim?)El auténtico Creador sería en todo caso, el autor del la materia prima del Caos.
Si Dios no tuviera control sobre la materia prima -ese caos-, todo lo creado se mantendría sujeto al propio Caos. La otra alternativa. por la que han transitado algunos, ha consistido en identificar a Dios como una forma de inteligencia coexistente en la propia materia caótica; esto suponen, explicaría la permanencia en el tiempo de la materia caótica, su constante transformación y una naturaleza infinita que es posible por la misma voluntad de ese Dios manifestado en la materia caótica permanente. El riesgo de este razonamiento ha sido evidentemente el panteísmo sujeto a la voluntad de ese Dios Caótico imaginado.
Por último, otra posibilidad es que si Dios estuvo con anterioridad a la Nada y desde allí fue capaz de producir el Caos, y desde el Caos el Cosmos; todo lo cual implica una "necesidad " que motivó la creación. La identificación de esta necesidad (una suerte de angustia) constituiría una manera amarga de iniciar la teología y la historia de la salvación. A todos estos razonamientos especulativo, la ciencia contemporánea se ha mostrado muy sensata dilucidando algunos afanes del origen de la vida: en principio se reconoce el origen de un caos que se constituyó por el movimiento incesante de la materia prima que dio origen al big bang"...Científicos como Hawking -reciente escéptico con respecto al tema de nuestro principio-reconocen que aún en este origen que la mera acción mecánica del caos sería capaz de producir un cosmos complejo como el que habitamos. Este autor lo compara con el hecho de suponer que de una explosión en una imprenta surgiera, de pronto, las obras completas de Shakespeare. La pregunta para la ciencia y la teología ha sido pues saber si la Inteligencia Suprema es anterior al caos o es implícita a ese Caos al que se juzga sin principio ni fin.
Santo Tomás de Aquino había resuelto el enigma abordando el tema desde la luz de su razón: "La Cosa surge de la unión de Materia y Forma, o bien, porque es sacada de la Nada: lo primero se llama "generación", lo segundo "Creación". Ergo, Dios es el Supremo Creador, porque es el único capaz de haber hecho surgir la Cosa (aún la caótica) desde la Nada. Repito, si solo se hubiera limitado a armar desde la cosa caótica preexistente se limitaría al rol de "generador". Todo lo cual no implica que se descarte la existencia de los "generadores" como cooperadores en el proceso de la Creación; uno de los cuales es, evidentemente, el propio hombre. De la misma manera, una cosa deja de ser o porque la forma se separa de la materia o porque pierde la existencia misma: lo primero es la corrupción, y lo segundo el aniquilamiento. Así, la muerte o el retorno al caos sería la corrupción; pero el fin del alma, del caos y de la muerte misma sería aniquilamiento. Considerando entonces las posibilidades de una Creación real y un Aniquilamiento real es que Dios se antepone al Caos: surge el Creador Increado. Cuando Cristo afirma "sed perfectos, como vuestro Padre es perfecto", nos dice algo sencillo: no le basta al hombre el ser capaz de organizar su caos (el desorden del pecado, el error); sino que le es preciso recuperar esa condición que es anterior al caos, porque el Padre es anterior a todo lo creado. Llegando a tal nivel es que es posible trascender la Creación misma y la Aniquilación como posibilidades en el itinerario vital del alma; solo allí es posible escapar de las leyes del caos. Es allí la morada de la Jerusalén Celestial... Desde la otra orilla de un Dios operante desde el Caos, un Dios que, en última instancia, es también el Caos; resultaría lógico creer que ese Dios está sometido a la mecánica del caos, que el de organizarse, crecer, reproducirse (crear) y morir. Evidentemente, esto es más que una blasfemia, una condición fatal para ser asignada a Dios. Así también para el hombre, la promesa de salvación, no se limita a una mera organización o una liberación aparente del caos que constituye nuestra naturaleza. La redención significa sencillam

Sin embargo las posibilidades de un retorno real y valido al caos (una caída en un agujero negro digamos) existe en el caso de no conseguir la reintegración divina -lo único anterior al Caos que puede librarse de sus leyes-. El desarrollo de esto lo encontramos curiosamente desde la perspectiva de un filosofo algo vilipediado por los religiosos: el Buen Anaximandro.
Pero eso lo dejo para la próxima ocasión.
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